En límites con la vereda la
Aldea, Zona Noroccidental, se encuentra una importante producción agrícola de
café y caña panelera, en pequeñísimos predios correspondiente al 5% de la
Volcana. La nueva vía a occidente atraviesa la vereda, dinamizando actividades
comerciales y el establecimiento de negocios para atender a los viajeros.
Con un patrón de poblamiento
disperso, el campesino de esta vereda se puede considerar como
productor-poseedor no autosuficiente, por lo que tiene que recurrir a la oferta
de su fuerza de trabajo para complementar sus ingresos. Es un productor sujeto
a la intermediación y a poderes económicos y políticos externos que le impiden
construirse de manera competitiva.
Aunque presenta condiciones
adversas para la sostenibilidad de las unidades económicas campesinas, esta
vereda sigue anclada a un imaginario rural sustentado en valores diferenciados
de lo urbano cimentados en la educación y cooperación.
El 87% de la población no
tiene formación e educación básica secundaria, lo que hace que el capital
humano se encuentra en condiciones de desventaja frente a otros productores de
la región.
El 90% de los habitantes de
la vereda llevan largo tiempo allí, frente al 10% que se han mudado
recientemente. Dado que sus referentes simbólicos patrimoniales y espacios de
ritualidad festiva comunitaria, son escasos los espacios sociales quedan
reducidos a interacciones de amistad.
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