Con un clima cafetero
optimo, cruzada por vías importantes y con suelos fértiles, aprovechados por la
laboriosidad tradicional campesina de los aldeanos, es una de las veredas con
mejores productividades del corregimiento; la sostenibilidad de los cultivos y
la calidad de vida de los agricultores lo evidencia.
El cultivo de café, de
excelente calidad y con características especiales, asociado con plátano, cubre
la tercera parte del territorio. Los pastos, la horticultura y algunas fincas
campestres, que en suma aportan la otra tercera parte, complementan el mosaico
del uso del suelo veredal.
La ubicación de la estación
del cable aéreo en esta vereda, articula otros sectores, El Morrón y El Filo de
las Teresitas importantes zonas
productivas, que tienden a
convertir la vereda en un importante núcleo de comercialización agropecuaria y
en un polo de desarrollo por la presencia de la conexión vial hacia el
occidente, el cable en construcción, el trapiche comunitario y el parque
ecológico campesino, del cual la Aldea es el epicentro.
Sus pobladores recurren a la
oferta de la fuerza de trabajo para
complementar sus ingresos; gran parte de ellos están vinculados principalmente
al sector de la construcción. Otros habitantes de la Aldea trabajan de forma
dependiente en actividades relacionadas con el sector agropecuario, por jornal
o salario. Los productos principales son café, caña, frutas y flores.
En relación con la educación sobresale el Centro Educativo la Aldea; en
recreación se cuenta con una cancha y con el apoyo de los programas del INDER.
En relación con el transporte y la conectividad, esta vereda cuenta con grandes
ventajas sobre el resto de las veredas del corregimiento. La vereda se dispone
de muchas rutas y caminos incluso de intermunicipal que facilita la movilidad.
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